"La novela luminosa", Mario Levrero
- Bibliotácora
- 22 jun 2019
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Este es quizás el libro con el prólogo más largo del mundo. Y es porque Marito le dedica 450 páginas al Diario de la escritura de la novela. "La novela luminosa" asoma tímidamente hacia el final, con una longitud de no más de 100 páginas. Pero qué 100 páginas, amigo.
La cosa es así: Para continuar un proyecto empezado y fracasado veinte años antes, el autor uruguayo solicita una beca a la John Simon Guggenheim Foundation. Cuando se la otorgan, empieza con el “Diario de la beca” en el que cuenta cómo es que se gasta el dinero sin escribir ni una línea. De esta manera, Levrero lleva a cabo la imposibilidad novelada de la novela. Estamos ante el diario de lo inasible y el día a día de la no escritura. “Una de las primeras cosas que hice con la primera mitad del dinero de la beca fue comprarme unos sillones”, “hice venir al electricista y cambié de lugar los enchufes de la computadora”, “no, hoy tampoco me afeité”, “vino mi amigo, se fue mi amigo”, “me picó un mosquito”, “fui hasta el cajero automático y saqué doscientos dólares del señor Guggenheim”, “estoy listo para el proyecto, ya tengo aire acondicionado”, etcétera. Metidos en el diario de Levrero, la tensión sobre si escribirá la novela o no, no importa (sabemos que algo nos espera al final: eso dice el índice). La totalidad es efectivamente una novela, y no porque él mismo lo diga con cinismo: “Me di cuenta que igualmente será una novela, quiera o no quiera, porque actualmente, lo es casi cualquier cosa que se ponga entre tapa y contratapa.” De principio a fin, estamos ante un desafiante recorrido por la cabeza lúcida de un gran escritor. Este es un libro grande. De mis favoritos, definitivamente.
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